Hoy me siento muy triste y con las lágrimas
en los ojos, pues ya ha llegado el temido
momento, ya se han cerrado esos ojos para
siempre de una persona muy especial para mí.
Ella siempre me abría la puerta, con tanta
alegría, que parece que la estoy viendo. Antes de
ponerse tan malita, me siento orgullosa, de
haber tenido la inmensa suerte de haberla
conocido, porque era una señora, sino, señora
con mayúsculas. Yo, soy la chica que trabaja en
su casa, pero nunca, me he sentido la chica
que iba a trabajar, porque me ha tratado de igual a
igual. Siempre me estaba alabando, “Paqui
eres muy buena” y siempre estaba tan contenta
conmigo, porque me decía que le dejaba todo
muy limpio y yo me iba muy contenta. Luego me
preparaba unos desayunos y se sentaba conmigo.
Me acuerdo que el último desayuno, fue ya
un poco difícil para ella, pero hablábamos
porque aun como estaba, yo la entendía. Mª del
Mar le agradezco a dios, tener la suerte de
haberla conocido. Miguel Ángel me ha permitido
tener el placer y el honor, de haberle dado
la mano y unos besos antes de partir. Miguel Ángel
dice que soy una persona especial, pero es
esta familia la que es especial. Mª del Mar, me
debe un desayuno sentada a mi lado dentro de
muchos años.” Lo tomaremos en el cielo”. Solo
quiero decirle gracias, gracias por haberme
permitido estar con usted hasta el último
momento. Ya sé que no le gustaba que le
dijera de usted, pero me sale así. Gracias a Miguel
Ángel, me quedo tranquila, porque he podido
despedirme de usted antes de partir, porque
aunque ya no está en cuerpo, está en mi
corazón y siempre estará presente en mí. Mª del Mar
no es una despedida, es un hasta luego, pues
ya nos veremos.
Ya hay otra estrella más en el cielo, ya está
con su mama y con los suyos. Sola no está, ya hay
otra estrella brillando en el cielo.
Un beso de Paqui Mª del Mar.
Dedicada con todo mi corazón, para una
persona muy especial.
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