jueves, 18 de julio de 2013

Homenaje a las empleadas de hogar


Hola soy Paqui. Hoy quiero hacer un homenaje a las empleadas del hogar y hoy os voy a contar mi caso, 
hoy os cuento mi historia, pero como todo, no se puede meter a todo el mundo en el mismo saco. Esta poco valorado y mi historia os dirá porque yo he trabajado veintitrés años con una familia. Ella estaba compuesta por madre, hijos, etc. La vida me dio un revés y grande, del que todavía no me he recuperado y ya ha pasado un año. Después de tres años de parado, gracias a Dios, mi marido le contrataron para un año de trabajo, como tenemos dos hijos y yo trabajaba en casas pensé: Gracias a Dios ya nos va a ir la cosa un poquito mejor y llego la pesadilla. Yo jamás pensé que me pasaría esto. Yo trabajaba de empleada de hogar y a mucha honra y además disfruto, pues que me gusta mi trabajo, pues desde los doce años hasta cuarenta y siete que tengo. Soy empleada de hogar y es una espina que tengo y la quiero compartir, porque te puede pasar a ti. Uno después de tantos años trabajando con la misma familia le tomas cariño, ves  a los hijos casarse, tener hijos. Bueno, pues mi pesadilla empezó porque yo trabajaba los cuatro días de la semana con toda la familia y uno de esos días, un día dos horas a la casa y dos a la clínica. No pongo nombres porque ellos ya saben quiénes son y además para mí son unos completos desconocidos, después de lo que me han hecho. Bueno pues os sigo contando de cuatro horas al día, la clínica de dos horas se quedo en una hora. Así estuve casi siete meses. El trabajo de dos horas no se puede hacer en una hora. Yo sufría, porque tendré mil defectos, pero guarra, no soy  y la verdad, que sufría, por que las cosas no estaban como yo quería, pero no podía hacer mas  y siempre era quince o veinte minutos mas y te pagaba solo la hora y decidí dejar la clínica. Ahí empezó mi pesadilla. Me dijo: si dejas la clínica, dejas mi casa. No me parece justo, pero si es tu decisión, te la voy a respetar. Eso empezó por la mañana y al llegar la tarde, llama el hermano y la madre. De la noche a la mañana me vi sin nada de trabajo, por una injusticia. Qué pena haberles dado tantos años de mi vida, cuando he rechazado  trabajos buenos por mirarles la cara. Yo no sé cómo se siente un asesino, pero yo me sentía que había matado a alguien y se lo dije a la señora y me dijo que sí, pero que era un conjunto la familia y al dejar la clínica, me despidieron  todas. Solo siento el mal rato que le di a mi familia y a mis hijos, pues me dio una crisis de ansiedad y caí al suelo y a partir de ahí, solo llorar y de médicos por personas que no saben valorar lo que tienen. Somos personas y tenemos sentimientos. Solo espero, que la vida sea justa y de la noche a la mañana pierdan sus trabajos y sepan por lo que pase. Te das cuenta con los años que personas así, no merece la pena. Gente que somos trabajadores, somos limpios, educados, honrados y no se sabe valorar. Eso que no se valore, te hace pensar que no conocemos a la gente. El dinero no lo es todo. Sufrimos como todos ellos. Solo espero, que mi historia os llegue, para que os deis cuenta que por muchos años que trabajemos, no valoran nada. Un abrazo y mi apoyo a las empleadas del hogar, ya que soy una de ellas a mucha honra. Espero encontrar trabajo pronto. Y la vida sigue, pero todos sufrimos. Un saludo.
Paqui Cámara González

Nuestro Padre Jesús 2013 (Jaén)



Dios mío, no soy persona de decirte cosas. Solo te rezo lo que se. Soy una persona vulnerable ante tu bondad tan infinita. Solo decirte, que en mi pasado, he llorado mucho por desgracia. Me ha tocado pasar mucho desde mi niñez. Solo cada día que me levanto y me acuerdo de esas personas que por desgracia están mal. Yo hecho la vista atrás y me digo, dios mío.
 ¿Cómo Dios me pudo dar esa fuerza tan grande?
Yo creo que por mi fe. Sé que la vida fue dura, pero me has premiado a lo largo de la vida. Te daré cada día que me levante y me acueste las gracias, porque mi fe hacia ti, es tan grande que todo lo malo que pase, está muy lejos, no borrado, porque no se llega a borrar nunca.

Solo te diré Dios, que en esta vida y espero que en la otra, te llevare en mi corazón. Te tengo aquí metido, en el libro de Jesús de Nazaret, porque lo tengo como un tesoro. No es dinero lo que te pido, solo que me quede como estoy y que mis hijos, que son todavía muy pequeños, me ayudes a sacarlos adelante.
Y que sea una buena madre y les sepa enfundar mi fe, porque en este mundo, hay mucha maldad y solo espero, sacar a mis hijos y que vallan por buen camino. Solo te pido tu ayuda y que sigan mi fe hacia ti.
Te quere hasta mi muerte. Solo espero que cuando llegue ese día, tenga la fe que te tengo hacia ti. Te doy mil gracias y te llevo en mi corazón. Una mujer, que doy las gracias y me acuerdo de todos. Solo pedirte por todos los pobres del mundo.

Paqui Cámara González

Maria Del Mar (Jefa y Amiga)



Hoy me siento muy triste y con las lágrimas en los ojos, pues ya ha llegado el temido
momento, ya se han cerrado esos ojos para siempre de una persona muy especial para mí.

Ella siempre me abría la puerta, con tanta alegría, que parece que la estoy viendo. Antes de
ponerse tan malita, me siento orgullosa, de haber tenido la inmensa suerte de haberla
conocido, porque era una señora, sino, señora con mayúsculas. Yo, soy la chica que trabaja en
su casa, pero nunca, me he sentido la chica que iba a trabajar, porque me ha tratado de igual a
igual. Siempre me estaba alabando, “Paqui eres muy buena” y siempre estaba tan contenta
conmigo, porque me decía que le dejaba todo muy limpio y yo me iba muy contenta. Luego me
preparaba unos desayunos y se sentaba conmigo. Me acuerdo que el último desayuno, fue ya
un poco difícil para ella, pero hablábamos porque aun como estaba, yo la entendía. Mª del
Mar le agradezco a dios, tener la suerte de haberla conocido. Miguel Ángel me ha permitido
tener el placer y el honor, de haberle dado la mano y unos besos antes de partir. Miguel Ángel
dice que soy una persona especial, pero es esta familia la que es especial. Mª del Mar, me
debe un desayuno sentada a mi lado dentro de muchos años.” Lo tomaremos en el cielo”. Solo
quiero decirle gracias, gracias por haberme permitido estar con usted hasta el último
momento. Ya sé que no le gustaba que le dijera de usted, pero me sale así. Gracias a Miguel
Ángel, me quedo tranquila, porque he podido despedirme de usted antes de partir, porque
aunque ya no está en cuerpo, está en mi corazón y siempre estará presente en mí. Mª del Mar
no es una despedida, es un hasta luego, pues ya nos veremos.

Ya hay otra estrella más en el cielo, ya está con su mama y con los suyos. Sola no está, ya hay
otra estrella brillando en el cielo.

Un beso de Paqui Mª del Mar.
Dedicada con todo mi corazón, para una persona muy especial.